A unos 15 kilómetros de San Clemente, en el campo, vive la señora Andalia, viuda de hace 15 años, sin hijos, ya que estos murieron. Recibe una pequeña pensión de su marido.
Esta señora necesitaba unos brazos para poder limpiar el reguero y quitar hierbas que impedían salir el agua por los distintos desagües, es difícil encontrar gente que quiera trabajar sin recibir un salario.
Los jóvenes Matías Obreque y Diego Neira de 3º y 1º medio respectivamente, son los voluntarios que quisieron ayudarla, acompañados y motivados por Madre María Dolores Gamarra. El sábado se equiparon de palas, rastrillos y unas buenas hoces, partiendo desde muy temprano desde el Colegio.
Trabajaron de 10 de la mañana hasta las 16 horas y lo tuvieron que dejar por acudir a sus grupos de confirmación.
Madre Dolores agradeció el interés, generosidad y sacrificio que demostraron Matías y Diego, además del cariño que le entregaron a la señora Andalia, la que se deshizo en hacerles una buenísima cazuela de pollo con sus típicas empanadas.
“Que este gesto de solidaridad sirva a otros jóvenes hacer el bien sin saber a quien se lo hace, sólo Dios recompensa su generosidad”.